Lo que comenzó como una revolución en la computación ahora parece un regreso al escritorio tradicional. Apple ha convertido al iPad en un híbrido que, según críticos, traiciona su esencia original.
CUPERTINO, CALIFORNIA.-
Con el lanzamiento de iPadOS 26, Apple ha dado un giro que muchos consideran una traición a la visión original del iPad. Lo que alguna vez fue un símbolo de simplicidad, enfoque y accesibilidad, se ha transformado en un reflejo táctil del macOS, con ventanas, submenús, barras superiores móviles y una interfaz que recuerda más a una MacBook con pantalla táctil que al “electrodoméstico de la información” que soñaron sus creadores.
Cuando el iPad se presentó en 2010, prometía una experiencia liberada del caos de escritorios tradicionales, sin la necesidad de administrar archivos ni lidiar con ventanas flotantes. Era el intento más cercano al Dynabook de Alan Kay, un dispositivo para todos, que requería cero entrenamiento técnico.




¿Qué fue del iPad como nueva forma de computación?
Steve Jobs, Jony Ive, Alan Kay y Jef Raskin imaginaron dispositivos centrados en la tarea, no en la administración del sistema. Raskin incluso impulsó la idea de “electrodomésticos de la información”: computadoras tan simples de usar como una tostadora. Su visión sentó las bases para la interfaz gráfica moderna, reclutando genios como Bill Atkinson, Andy Hertzfeld y Susan Kare, quienes dieron vida a la Macintosh.
Pero incluso la Mac, que simplificó el uso de las computadoras, resultó demasiado compleja para la visión inicial de Raskin. Fue el iPad, y más tarde el iPhone, los que más se acercaron a su filosofía: un dispositivo modal, centrado en una app, una tarea, sin distracciones ni ventanas.
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iPadOS 26: ¿evolución o retroceso?
Con iPadOS 26, el sistema operativo ahora permite ventanas superpuestas, menús dinámicos, multiventana y organización en mosaico. Aunque todo esto puede parecer “más profesional”, también representa un abandono de la simplicidad que definía al iPad.
Para muchos usuarios, esto supone un retroceso. El sistema se vuelve más complejo sin lograr la flexibilidad completa del macOS, y al mismo tiempo pierde la claridad inmersiva del iPad original.
El resultado es un dispositivo a medio camino, ni completamente una Mac ni el iPad optimizado que alguna vez fue.
Una oportunidad dorada desperdiciada
Después de 15 años, Apple ha terminado por fusionar el iPad con la experiencia de escritorio que inicialmente buscaba reemplazar. Para algunos expertos, si Apple realmente había perdido la fe en su visión original, hubiera sido más honesto matar el iPad y convertirlo en una MacBook con pantalla táctil.
La crítica no es solo al diseño, sino a la falta de innovación real. Apple tenía frente a sí una oportunidad clara: reinventar la experiencia de la computación a través de inteligencia artificial, alejarse del modelo tradicional y crear algo radicalmente nuevo. Pero en lugar de eso, eligieron recrear la Mac, ahora en formato táctil, sin aprovechar las ventajas reales del formato del iPad.
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¿Y si el iPad hubiera apostado por la IA?
El iPad, con su formato de pantalla completa y su naturaleza de dispositivo único por tarea, era el lienzo perfecto para una revolución centrada en inteligencia artificial. Un entorno donde la IA pudiera adaptarse al usuario, simplificar tareas, anticiparse a necesidades, sin depender de menús, ventanas o convenciones heredadas del escritorio.
Esa visión sigue sin materializarse. Apple, en lugar de liderar, parece estar reconstruyendo el pasado, y muchos se preguntan si iPadOS 26 marca el inicio del fin para el iPad como paradigma independiente de la computación.