Papa León XIV hambre como arma de guerra: En su mensaje a la FAO, el Pontífice denuncia la manipulación del hambre con fines bélicos y la corrupción que enriquece a pocos a costa de la miseria de millones.
CIUDAD DEL VATICANO.-
En su primer mensaje oficial como Pontífice a una organización internacional, el Papa León XIV denunció enérgicamente el uso del hambre como instrumento de guerra y la corrupción que impide erradicar la pobreza global. El discurso, dirigido a los participantes de la 44ª sesión de la Conferencia de la FAO, fue leído este 26 de junio y tiene como telón de fondo el 80 aniversario de la fundación de esta agencia de la ONU.
El hambre, “arma de guerra barata”
El Papa fue categórico: “Matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra”. En su mensaje, condenó que grupos armados destruyan cultivos, roben ganado y bloqueen ayuda humanitaria para someter a comunidades enteras. Este tipo de violencia, señaló, es cada vez más común en conflictos donde no participan ejércitos regulares, sino milicias con recursos limitados que usan tácticas brutales para controlar territorios.
“La muerte por inanición no solo es una tragedia, sino una estrategia militar encubierta”, afirmó. Mientras los civiles se debilitan por la miseria, las cúpulas políticas se enriquecen mediante la corrupción y la impunidad, denunció el Papa.

Corrupción, armas y abandono
León XIV también cuestionó el uso de recursos financieros y tecnología que, en vez de destinarse a combatir la pobreza y el hambre, son desviados para la producción y comercio de armas. Este fenómeno, explicó, devalúa la comunión y aleja la fraternidad entre pueblos, fomentando ideologías que dividen en lugar de unir.
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Urge actuar con visión de futuro
El Pontífice instó a los líderes mundiales a actuar con sentido común y determinación. “No podemos legar a las futuras generaciones un mundo de desigualdad, pobreza y conflicto armado”, advirtió. Hizo un llamado a pasar de las palabras a los hechos, priorizando acciones que permitan a millones de personas mirar el futuro con esperanza, y no solo con resignación.
“Hambre cero”, un objetivo cada vez más lejano
El Papa subrayó que el objetivo de “Hambre Cero” de la Agenda 2030 se vuelve cada vez más inalcanzable. A pesar de que el planeta puede producir suficientes alimentos para todos, millones de personas siguen sin tener acceso a una alimentación mínima y digna.
“La tierra tiene la capacidad, pero la humanidad ha fallado en el reparto”, lamentó. Afirmó que la solución pasa por compartir y no acumular, recordando el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes como un ejemplo de solidaridad que hoy parece olvidado.
Llamado a limitar y sancionar abusos
León XIV pidió a la comunidad internacional establecer límites claros y sancionar a quienes usan el hambre como arma. Posponer medidas eficaces solo aumentará el sufrimiento de los más vulnerables, señaló.
“El tiempo de los eslóganes vacíos debe terminar. Es hora de tomar decisiones reales para transformar las condiciones de vida de millones de personas que hoy padecen la injusticia estructural del hambre”, afirmó.
Sin paz ni estabilidad no habrá seguridad alimentaria
El Papa dejó claro que sin paz, estabilidad política y justicia social, no es posible garantizar sistemas alimentarios resilientes ni nutrición saludable para todos. Las guerras, los conflictos económicos y la destrucción ambiental son barreras cada vez más grandes para alcanzar una seguridad alimentaria global.
Crisis climática y transformación de sistemas
En su mensaje, también hizo referencia a la crisis climática como un factor que agrava la inseguridad alimentaria. “La transformación ecológica justa exige poner al ser humano y al medio ambiente en el centro”, dijo.
Llamó a una acción climática coordinada, que proteja la biodiversidad, regenere los suelos y garantice sistemas de producción de alimentos sostenibles, con dietas accesibles y saludables para todos. Para ello, pidió la movilización conjunta de gobiernos, empresas, organizaciones sociales y pueblos indígenas.
La Santa Sede, al servicio de los más vulnerables
Para cerrar, León XIV aseguró que la Santa Sede seguirá al servicio del bien común, particularmente en favor de quienes “sufren hambre, sed o han sido marginados por décadas de indiferencia y egoísmo”.
Se autodefinió como “portavoz de los pobres” y encomendó a Dios el trabajo de la FAO, esperando que rinda frutos reales en beneficio de los más necesitados.
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