Aunque la actividad eruptiva concluyó, las autoridades mantienen la alerta por flujos de lodo y escombros en las barrancas del volcán de Fuego en Guatemala.
GUATEMALA.-
Tras más de 30 horas de intensa actividad, el volcán de Fuego en Guatemala finalizó su reciente erupción este 6 de junio, según confirmó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
Aunque el coloso ya no emite lava ni cenizas de forma activa, los expertos advierten un riesgo elevado de lahares voluminosos, que podrían descender por las barrancas a causa de las lluvias pronosticadas.
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El volcán, ubicado entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, comenzó su fase eruptiva el 4 de junio. Al día siguiente, su actividad alcanzó el punto máximo con flujos de lava, columnas de ceniza y corrientes piroclásticas que afectaron diversas comunidades cercanas.
De acuerdo con el Boletín Especial BEFGO 033-2025, la madrugada del 6 de junio los monitoreos satelitales y sísmicos mostraron una disminución sostenida de la actividad volcánica. Actualmente, no se registra material incandescente ni grandes cantidades de ceniza en suspensión. Sin embargo, un flujo de lava aún permanece activo, aunque en proceso de apagarse.
Riesgo latente de lahares
El Insivumeh advirtió que la combinación de material volcánico caliente y lluvias puede generar lahares peligrosos, que podrían arrastrar rocas, troncos y destruir infraestructura como caminos y puentes.
Las barrancas más propensas son Ceniza, Las Lajas, Santa Teresa y Trinidad, que conectan con ríos cercanos a Siquinalá y Santa Lucía Cotzumalguapa. Existe la posibilidad de que los flujos de lodo alcancen zonas habitadas como la colonia Las Palmas, poniendo en riesgo a la población.
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Evacuaciones y suspensión de clases
Como medida de prevención, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) evacuó a casi 800 personas de comunidades vulnerables en los departamentos de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez. Los evacuados fueron trasladados a albergues temporales.
El gobierno guatemalteco declaró una alerta naranja y suspendió actividades escolares en 43 centros educativos ubicados en las zonas afectadas. También se mantiene cerrado un tramo de la carretera RN-14, que bordea el volcán y conecta el sur del país con la ciudad colonial de Antigua Guatemala, reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El volcán de Fuego es conocido por ser el más activo de Centroamérica. Su erupción más letal ocurrió en 2018, cuando una avalancha piroclástica causó 215 muertes y dejó numerosos desaparecidos.
Precaución ante la temporada de lluvias
Las autoridades advirtieron que durante la temporada de lluvias algunas comunidades podrían quedar incomunicadas, debido al colapso de puentes y caminos por el paso de lahares.
La Conred instó a la población evacuada a no regresar a sus hogares sin autorización oficial, ya que las barrancas siguen representando un riesgo elevado.
Por su parte, la Dirección de Caminos y la Covial realizan inspecciones en rutas como la RN-14 y la CA-2 Occidente. Asimismo, la Dirección de Aeronáutica Civil mantiene vigilancia aérea para detectar posibles columnas de ceniza que puedan afectar el tráfico aéreo.
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Restricciones para visitantes
El Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) autorizó la reapertura de rutas hacia el volcán Acatenango. Sin embargo, permanece prohibido acercarse al cráter del volcán de Fuego o a zonas de alto riesgo como el sector conocido como “El Camellón”.
Mientras las autoridades continúan con el monitoreo constante del volcán, el foco ahora se centra en la amenaza de los lahares, que podrían desencadenarse en cualquier momento debido a las lluvias. La situación requiere de máxima precaución tanto para los residentes como para quienes transitan en la región.